miércoles, 5 de abril de 2017

En la novela El Nombre de la Rosa podemos observar algunos rasgos de la posmodernidad:

  • La paradójica promoción simultanea del individualismo exacerbado y del conformismo social. Este rasgo lo podemos encontrar en el personaje de Adso de Melk ya que el al principio de la novela se encuentra aislado (está en su mundo). También lo podemos observar en los frailes de la abadía, pues por ellos mismos no se preocupar por investigar los crímenes, si no que lo “dejan estar".
     
  • Eclecticismo acrítico y amoral. Primacía del pensamiento único, amorfo y débil. Esto se ve reflejado a la perfección en la influencia de la Iglesia. Lo que decía la iglesia era lo único válido; cuando una persona se ponía a investigar sobre un tema en concreto, se encontraba con que había mucho más conocimiento del que se divulgaba. La iglesia daba a conocer aquellos conocimientos que le convenía, el resto los ocultaba (esto se puede ver claramente en el interés de Jorge de Burgos por ocultar los libros).
    El llamado pensamiento débil, también se encuentra presente en el personaje Fray Guillermo de Baskerville referido a su estado de ánimo, surgido de su fracaso en el método científico; ya que él llevaba a cabo una investigación mediante el método inductivo (mediante lo general intenta llegar a lo particular) para así encontrar la solución al problema.

  • Mitificación científica y desconfianza en las aplicaciones tecnológicas. Esto se ve en la figura del monasterio, ya que este se encargaba de la difusión de la cultura clásica, por lo que se dedicaban a la copia de manuscritos, para transmitir así (de la forma tradicional) el saber que ellos veian conveniente.

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