miércoles, 29 de marzo de 2017


 En cuanto a la  Ilustración en España y sus colonias, con respecto a otros países, tardó en llegar.
En la historia de la España del siglo XVIII y sus colonias, el absolutismo monárquico aumentó, y la fe católica experimentó pocos cambios institucional y popularmente. En el mundo hispánico las transformaciones más notables, conocidas como "las reformas borbónicas", ocurrieron en los ámbitos de la economía, la administración estatal y las relaciones con otras naciones. Se considera que la Ilustración en España empieza, aunque con lentitud, con la muerte de Carlos II, el último de los monarcas Habsburgos españoles.

El reinado de Felipe V (1713-1746) no se puede llamar propiamente ilustrado, e incluso se le ha descrito como una "preilustración". La resistencia a las nuevas ideas entre la población (incluyendo a los letrados) todavía era enorme. Los que traían estas ideas a España recibían el nombre despectivo de "novadores" y eran vistos como gente peligrosa que amenazaba con destruir el statu quo. A pesar de esta hostilidad antiprogesista, Felipe V, por ser un noble francés y procedente de un ambiente donde se valoraba la educación institucional, decidió fundar organismos culturales tan importantes como las Reales Academias de la Lengua y de la Historia y la Biblioteca Nacional. También con ayuda estatal, entre 1737 y 1742 se publicó el importantísimo periódico Diario de los Literatos de España. Aunque la plena Ilustración no había llegado aún a España, la influencia francesa se sentía en la corte en las nuevas costumbres y modas.

La expresión "Despotismo Ilustrado" ("Todo para el pueblo, pero sin el pueblo") con que se conoce el reinado de Carlos III (1759-1788), describe bien el proceso de reformas que se lograron gracias al poder monárquico absoluto que iba aumentando con cada nuevo rey Borbón. Aunque el rey siempre tomaba las decisiones definitivas en cuestiones de estado, el verdadero trabajo y la planificación de las reformas eran la responsabilidad de varios ministros y consejeros cuyos proyectos para fortalecer la economía tuvieron un gran efecto.

A partir de la mitad del siglo XVIII, y a pesar de la prohibición inquisitorial, los libros de filósofos tan importantes como Montesquieu, Voltaire, Rousseau y otros habían llegado a manos de los intelectuales hispanos. Sin embargo, la Ilustración que interesaba a estos últimos era más bien una Ilustración práctica donde conocimientos como la botánica, la ingeniería y la economía servían para traer reformas al comercio, la guerra y el poder del estado. Estas reformas fueron muy significativas en la explotación y administración de las colonias. España siguió con poco éxito el modelo francés de establecer compañías mercantiles e industriales, pero los reglamentos de libre comercio propuestos por Campomanes mejoraron la economía peninsular tanto como la de las colonias. Además de Campomanes, el secretario de Hacienda de origen italiano, el Marqués de Esquilache, impuso medidas para eliminar el fraude fiscal entre las clases privilegiadas y para cobrar al clero lo que le debía a la Corona.

En definitiva, las principales ideas de la ilustración en España fueron:
– Reactivación de la economía a través de la reforma de la Agricultura
– Preocupación por la educación y la formación.
– Interés por las nuevas ideas liberales.
Crítica de algunos aspectos sociales del país.

Para terminar, un breve resumen a modo de imagen:




Referencias:


Ambas referencias fueron recogidas el día 20 de marzo de 2017, alrededor de las 17:47.

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