En cuanto a la Ilustración en España y sus colonias, con respecto a otros países, tardó en llegar.
En la historia de la España del siglo XVIII y sus colonias,
el absolutismo monárquico aumentó, y la fe católica experimentó pocos cambios
institucional y popularmente. En el mundo hispánico las transformaciones más
notables, conocidas como "las reformas borbónicas", ocurrieron en los
ámbitos de la economía, la administración estatal y las relaciones con otras
naciones. Se considera que la Ilustración en España empieza, aunque con
lentitud, con la muerte de Carlos II, el último de los monarcas Habsburgos
españoles.
El reinado de Felipe V (1713-1746) no se puede llamar
propiamente ilustrado, e incluso se le ha descrito como una
"preilustración". La resistencia a las nuevas ideas entre la
población (incluyendo a los letrados) todavía era enorme. Los que traían estas
ideas a España recibían el nombre despectivo de "novadores" y eran
vistos como gente peligrosa que amenazaba con destruir el statu quo. A pesar de
esta hostilidad antiprogesista, Felipe V, por ser un noble francés y procedente
de un ambiente donde se valoraba la educación institucional, decidió fundar
organismos culturales tan importantes como las Reales Academias de la Lengua y
de la Historia y la Biblioteca Nacional. También con ayuda estatal, entre 1737
y 1742 se publicó el importantísimo periódico Diario de los Literatos de
España. Aunque la plena Ilustración no había llegado aún a España, la
influencia francesa se sentía en la corte en las nuevas costumbres y modas.
La expresión
"Despotismo Ilustrado" ("Todo para el pueblo, pero sin el
pueblo") con que se conoce el reinado de Carlos III (1759-1788), describe
bien el proceso de reformas que se lograron gracias al poder monárquico
absoluto que iba aumentando con cada nuevo rey Borbón. Aunque el rey siempre
tomaba las decisiones definitivas en cuestiones de estado, el verdadero trabajo
y la planificación de las reformas eran la responsabilidad de varios ministros
y consejeros cuyos proyectos para fortalecer la economía tuvieron un gran
efecto.
A partir de la mitad del siglo XVIII, y a pesar de la
prohibición inquisitorial, los libros de filósofos tan importantes como
Montesquieu, Voltaire, Rousseau y otros habían llegado a manos de los
intelectuales hispanos. Sin embargo, la Ilustración que interesaba a estos
últimos era más bien una Ilustración práctica donde conocimientos como la
botánica, la ingeniería y la economía servían para traer reformas al comercio,
la guerra y el poder del estado. Estas reformas fueron muy significativas en la
explotación y administración de las colonias. España siguió con poco éxito el
modelo francés de establecer compañías mercantiles e industriales, pero los
reglamentos de libre comercio propuestos por Campomanes mejoraron la economía peninsular
tanto como la de las colonias. Además de Campomanes, el secretario de Hacienda
de origen italiano, el Marqués de Esquilache, impuso medidas para eliminar el
fraude fiscal entre las clases privilegiadas y para cobrar al clero lo que le
debía a la Corona.
En definitiva,
las principales ideas de la ilustración en España fueron:
– Reactivación
de la economía a través de la reforma de la Agricultura– Preocupación por la educación y la formación.
– Interés por las nuevas ideas liberales.
– Crítica de algunos aspectos sociales del
país.
Para terminar, un breve resumen a modo de imagen:
Referencias:
Ambas referencias fueron recogidas el día 20 de marzo de 2017, alrededor de las 17:47.
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